Era uno de esos días en que el plan era quedarse en la casa dando vueltas, como si estuviera encerrada. Prender el tele con la seguridad de que no había nada bueno que ver y apagarlo feliz porque se cumplió la profecía. Buscar un libro nuevo y tirarse en la cama, y cambiarlo rápidamente por ese libro que tiene ya todas las paginas marcadas y que ya me sé casi de memoria pero que es perfecto para cualquier día, cualquier hora.
Disfrutar por un momento el silencio de la casa, la ausencia del resto de los habitantes. Ver por la ventana, con la esperanza de que algo fuera de lo normal suceda pero, de nuevo, con la certeza de que no ocurrirá.
Poco a poco la pasividad de aquel día me resultó aplastante y melancólica.
Alquilar películas!
Me aliste rápidamente y salí de mi casa.
El vientito frío me dio de golpe en la cara, me envolvió. El vientito frió de todos los años que me recuerda que el año esta por terminar y que viene navidad, y año nuevo, y las juegos de amigo secreto y la reus y la feria de navidad y vacaciones y fiestas.El vientito frió que siempre me dan ganas de salir y caminar, sola o acompañada, no importa. El vientito frío que le da al clima un aire tristón pero a mi me encanta y me despierta la imaginación.
El vientito frió me acompaño a alquilar las películas, aunque en realidad ya no quería ver películas, no quería ir de nuevo a mi casa.
Quería seguir caminando y que el vientito me acariciara la cara y oír a los arboles moverse con el viento.
Camine lento para estar más tiempo acariciada por el viento.. cada vez mas lento y mas lento , hasta detenerme por completa al frente de mi casa.
Y luego, justo a los 5 segundos de haberme detenido, un rayo de sol me dio de lleno en las ojos, el vientito frió de pronto se transformo en ese rayo de sol que me envolvió también. Todo fue muy rápido y hermoso... e inexplicable.
Pero bueno... yo tenía ganas de que pasara algo fuera de lo normal, ¿verdad?
